Los cuerpos humanos son conformados, constreñidos e incluso inventados por la sociedad. La performance como práctica artística entiende que la complexión simbólica y también material de los mismos está condicionada por parámetros sociales y desde sus comienzos ha trabajado precisamente con y sobre el cuerpo individual y social, impulsando y avanzando importantes causas de liberación relativas al cuerpo y la corporalidad. 

 

La anatomía, cuyo objeto es el examen analítico de la estructura y forma del cuerpo, es una metáfora apta para la interrogación que estas cuatro piezas hacen de la construcción social del cuerpo humano. Como los anatomistas del siglo XV, adoptamos el aforismo originalmente inscripto en el pronaos del templo de Apolo en Delfos: “Conócete a ti mismo.”